El gran
Soldado de las Montañas era temido por los enemigos del Imperio Chino. Todos lo
conocían, pero siempre ocultaba sus ojos y su frente con su casco, por lo que
nunca lograban ver detalladamente su cara. Algunos decían que su pelo brillaba
con el sol. Otros, que sus ojos eran comparables con el sagrado jade.
Era
indomable en las batallas, se conectaba con su espada como si fuera una
extensión de su brazo. Dejó atrás la torpeza y la duda para convertirse en el
orgullo del capitán Shang. Decían que era igual a su padre. Éste, aunque cojo,
tenía un espíritu de valor que no dejaba entrever debilidad en ningún punto.
Todo iba
bien hasta que asumió como Emperador el ambicioso nieto del antiguo gobernante,
que devoraba todo bien que estaba a su paso. Decidió que su imperio no era lo
suficientemente grande para su poder, y mandó al ejército para expandir su
territorio, reorganizándolo para mejorar su estrategia.
Temiendo
que la expansión china pudiera terminar en desastre, el Soldado de las Montañas
y el capitán Shang intervinieron para pedir que detuviera esta insana locura.
El novato Emperador hizo caso omiso de sus súplicas, y ordenó a los guardias
que los echara del palacio.
En un
asunto totalmente independiente al anterior, unas semanas más tarde se anunció
el matrimonio del famoso Soldado. La ciudad lo celebró, felicitando al
afortunado. Aunque la alegría no duró más allá de un par de días, ya que debía
ir al campo de batalla a cumplir las órdenes del monarca.
En el
crudo invierno, en un atardecer digno de admirar, se realizaba una pelea contra
un pueblo vietnamita. Un soldado enemigo, ágilmente alzó la espada y se colocó
a la espalda del capitán. El Soldado de las Montañas, a quién el pánico le
había anulado la conciencia, se interpuso entre ambos, y recibió la cuchillada
en el pecho.
Shang, al
notarlo, tomó el cuerpo del caído, y apoyó su oreja en él. Su corazón latía muy
rápidamente, hasta que no escuchó más su retumbar.
Gritando,
ordenó la retirada de la tropa, y se escondió detrás de una roca junto al
cadáver. Sacó de su bolsillo un par de anillos, y le puso uno al cuerpo sin
vida, con delicadeza y amor. El Soldado de las Montañas nunca supo que era una
mujer felizmente casada.
Hola, lectores. Este es el primer fanfict que publico en esta página.
Por si no lo han adivinado, esta es una referencia la película infantil Mulán,
en la cual, por si no saben (o no se acuerdan) en diversas escenas llaman a la
protagonista "El soldado de las montañas", sobrenombre que, en lo
personal, me encanta.
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